viernes, 26 de marzo de 2010

Ajustes de Cuentas.

Ajustes de Cuentas.

Día de cuadrar cuentas. Llega la primavera, se huele al pasar, a olores típicos de estas fechas, a hornazos recién hechos. Dulce típico a base de masa de harina, azúcar, huevo y el centro principal, almendras o cabello de ángel, rara vez ya, coco. En estos lares por donde me ando no faltará la casa que en estos días esté presente su hornazo. El sol va subiendo y con él el termómetro, artilugio que parece tiene corazón de sol, pues crece cuando se acerca y muere cuando él se va.

Pero es una época aciaga para unos, aunque otros están con los lóbulos de las orejas húmedos, desde hace unos días, pensando a dónde van a ir a soltar sus próximos suspiros. Los peores que lo pasan, los chicos con padres más severos, a cada KT un responso, como dirían ellos. Los padres dirán, es que no hace más que contar moscas, y si lo hiciera en biología sólo, pues hasta podía subir nota.

El insti, hoy es puro contraste de caras largas, lágrimas y sonrisas con orejas mojadas. También, cómo no, estarán los que pasan por allí sin dejar señal de sus pisadas. Los medianos. Los ni para arriba ni para abajo, sino todo lo contario.

Estarán los que contarán lo de: es que el maestro me tiene manía, respuesta: y tú a él que le tienes.

Los de yo me harto de estudiar, ya, la moda, sabes cómo se viste todos los alumnos de 3º para arriba, los otros entran en moda infantil, no se tendrá en cuenta en el estudio. Seguro tienes sobrecaliente, en el recreo hormonal. El sobresaliente para los otros.

Mi niño, que listo es mi niño, hay que castigarlo para que deje los libros. Que niño más listo, terminará siendo político. Los más listos, da igual el color.

Pues la mía hay que echarle las letras en la sopa, a ver si así se le queda algo dentro, parece un saco roto, por un sitio entra, por otro sale.

Para emparrar el canasto aparecerá el padre de turno, que para hacer migas con las más lolailos, que van allí a lucirse, para eso tienen niños diez. Como si fuera una feria, hay que tenerlos en el escaparate, por eso del saberse vender, ya sabéis. El padre turnero dirá, aquí lo que hace falta es más mano dura, se ha perdido el respeto. A ese que va allí, con el pendientito le pegaba yo dos hostias, le ponía cara a la pared con guerra y paz en una mano y con la biblia en la otra, verá como si no aprende, echa unos bíceps que después en mi almacén los va a necesitar, para bajar los sacos de cemento, ja,ja. No les gustó el chistecito, es que me lo había preparado toda la noche.
Pero bueno si no tienen sentido del humor. Pues que le den, ahí se quedan que viene el director, voy a ver cómo ha estado mi niño. Qué guapo es mi niño, y que listo, y que alto, y que bien juega al fútbol, un futuro crack, es el único que desfila en la dirección correcta, los demás van al revés, serán palurdos.







En este enlace podéis pinchar si queréis seguir la publicación de los textos del libro SALPICADURAS .Hoy un poco más.


con las ilustraciones de
José L. Martínez REBOTE.


2 comentarios:

  1. que razon llevas ,hay gente de esa clase y muchos mas pero......... me dan lastima nunca se han preocupado de decirles a sus hijos que piensan ellos, se sorprenderian.

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  2. Es difícil compatibilizar el papel
    que nos ha tocado vivir
    en estos tiempos. Donde tomamos
    el escaparate lleno de figuritas y
    educar en la calidad de vida, en el bien
    hacer. Nos dejamos manipular por todos
    los alienadores del mercado, es complicado.
    Pero tendremos que hacerlo lo mejor
    que sepamos.
    Gracias Lyly, un abrazo.

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