miércoles, 7 de abril de 2010

Camaleones.

Camaleones.

Un poeta destruye su cabeza dejando fluir cantos de sirenas, elegías al amor, cuando sus notas comienzan a rebosar del compartimento de su corazón, aparece el Detractor. Tú, sí tú, proclamarte poeta quieres, ehh. El poeta le mira a los ojos y aparta su mirada. El Detractor ataca de nuevo, tú que te proclamas poeta eres arcaico, vives en un pasado que murió. Son cenizas lanzadas al viento esas letras que proclamas. Son sensiblerías, mariconadas. Hoy se habla a la depravación, a las tristes trampas que la sociedad nos esconde. El poeta le mira a los ojos, y aparta la mirada.

El poeta cogió un sombrero, transformose en un ser distinto. Se fue a la calle y recitó sus pensamientos, cantó al amor a los cuatro vientos. Cuando el mundo pasaba junto a su altar todos miraban, uy, uy lo que dice. Le canta al amor, es un subversivo. Otro más inteligeeente, no, es una maricona, brilla su inteligencia. Se te ve la pluma. El poeta miró a los ojos a los transeúntes vozarrones, apartó la mirada.

El poeta se vistió de negro, le puso una pluma amarilla a su sombrero. En su camino cogió a la compañera de un amigo, la bluesguitar. Se fue a la calle, comenzó a recitar, la poesía que de su corazón brotaba. Le añadía unas notas guitarreras. El mundo se paraba a sus pies. Escuchaba los cantos al amor. El Detractor, ofuscado junto con sus compinches envidiosos, se acercan al lugar.
Comienzan a vociferar sus consignas. Fuera ese cantador de odas. Quién se cree que es, para irrumpir en la tranquilidad alienante de nuestras vidas. Es un soliviantador de corazones. Ahora que ya estaban todos macerados, controlados y viviendo la vida fantástica de una planta. Sol y agua de día, descanso y oscuridad de noche. Hay que eliminarlo, expulsarlo del edén.

Los corazones oidores, rompen su silencio. Alzan su voz y replican al Detractor y sus secuaces. No dejaremos que nos prohibáis el expresarnos. El escuchar estos masajes del alma. Nos defenderemos hasta la saciedad para poder disfrutar de nuestros deseos.

El ambiente era tenso, comenzaban las escaramuzas. Todo hacía prever un desenlace desastroso. El enfrentamiento era inminente.

El poeta levantó su mirada. Rasgó las cuerdas de su bluesguitar. Canto al amor, porque quiero. Porque lo habéis olvidado. Porque es el sustento de la vida. Si no nos amamos entre los humanos, para que vivir. Los miró a los ojos, a sus defensores y al Detractor y sus secuaces.
Si es necesario yo seguiré cambiando mi apariencia, modificando mi aspecto, camuflándome entre la maleza. Pero no utilicéis las mismas armas que ellos. Defendámonos con la palabra. No pongáis frente a los burdos más incapacidad, pues la tomarán como un halago. Ponedles letras surtidas de vuestro interior, al final comprenderán de su error.

Camuflaos como el camaleón, inventad trajes que os protejan del depredador, pero nunca dejéis de ser vosotros mismos.

Dedicado a A.G.Villarán.(El Cangrejo Pistolero)

Por el rato fantástico, que nos hizo pasar.








En este enlace podéis pinchar si queréis seguir la publicación de los textos del libro SALPICADURAS .
Ya tenéis los tres primeros  relatos completos,
pronto el cuarto.
UN HOMBRE DE GAFAS NEGRAS.


con las ilustraciones de
José L. Martínez REBOTE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario