sábado, 27 de noviembre de 2010

Tarde de otoño.

Tarde de otoño.
Confluencias estivales propicias al ciclo otoñal. Oscuridad, cielos plúmbeos, cierres a cal y canto de rendijas por donde la luz pueda pasar. La congoja crece y deja caer su lastimero son. Una cortina se extiende hasta la reseca y deseosa tierra.
Agujas que deshilachan los trenzados de la agreste piel terráquea, forman el lodazal nauseabundo para unos, y el vital elemento, perfecto para otros donde desarrollar su nueva herencia congénita.
Te resguardas del diluvio en un saliente de la roca resquebrajada. Observas pasar las talegas naturales disueltas tras haber  colmado y desechos los parabienes de todos, pocos son los indiferentes. Aunque sean para haber sentido el abrazo del fango en sus pantorrillas al sopesar los arroyuelos llenos de esperanzas.
Esperas y observas los grises diluirse. La mezcla no te cuadra, brillante sol con gris desaparecido no te da azul, pero es el azul que me entrega la mirada. 
El mejor azul, cargado de brillos y tonalidades ionizantes que cargan de fuerza el nuevo día.
El azul es el azul, por muy dorado que pueda ser el marrón. Siempre quedará el azul. El mejor azul.
Si tienes una duda y levantas la mirada, rasgas una guitarra. Palpas un buen fuego y disfrutas de la caída de la lluvia, resguardado en un simple contracorriente del frío, disfrutarás del buen sonido de los atardeceres de otoño.
De la compañía deseada, del cálido abrazo, y de una cómplice mirada. Que bello es el azul, el mejor azul.

2 comentarios:

  1. me encanta esta pagina y leerte un placer, hacerlo conla musica de fondo es genial...azul es azul en esta tarde de otoño, cuando el sol se está ocultando y tus manos buscando las mías para sentir este azul que va caminando despacio....

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  2. el sentimiento, el sentido y el color
    todo regado con ganas de ver lejos
    es un inmenso placer saberte por aquí
    y sentirte entre las comisuras de mis letras...
    Bsts Paqui

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