miércoles, 16 de febrero de 2011

Efímero.

Efímero.



Como un rayo, descomunal en su fuerza, podría compararse con la tristemente LITTLE BOY pero solamente en su potencial. Después realmente no, en los efectos de su onda expansiva. El rayo sería más semejante pues es como un mazazo al medidor de la máquina de feria. Un disparo fuerte y momentáneo. Pero es que así es una declaración de amor. Es un cúmulo de sensaciones que se agolpan en tu interior, haciendo sentir esas mariposas en la boca del estómago. Que te hace no pensar en las consecuencias de tamaña decisión. Decirle a la persona que te revuelve los instintos, lo que sientes, lo que harías, lo que le harías. Un mazazo o un espaldarazo para la relación que teníais. Pero quien no ha soñado con tener esos cinco minutos de gloria. Aún a pesar de saber que si sale mal podrá ser como Littleboy, arrasador. Pero si no lo intentas, ya estás muerto. Si eres un romántico intentarás pensar que todo saldrá bien. Te dispondrás a hacerlo lo mejor que sepas. Le pondrás toda la carne en el asador, hasta para quedar como un soez manipulador de su ego. 
Pero es que lo que sientes, lo que anhelas es superior, es el éxito. Lograr lo que has siempre soñado, poder estar con ese ser buscado. Puede que no salga bien, pero merece la pena intentarlo. Y después con el transcurrir del sanador tiempo, las cosas volverán a su cauce. Desde la distancia se podrá comprobar que Douglas Fieger, tuvo sus cinco minutos de gloria, porque tenía un Don, pertenecía a The Knacks y nos lo dejó en herencia con su y ahora de todos My Sharona. Él fue un verdadero romántico, soportó la lucha con el enemigo salvaje, hasta el catorce de febrero pasado. Las gracias por su legado.




Y Si Quieres Toma Mi Esencia, 
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