domingo, 12 de mayo de 2013

Una voz,Un hombre…


Una voz,Un hombre…

Diletante iconoclasta de arcilla
Asemejas tu timbre a una campánula pasmosa
Grandioso porte has escogido a rellenar
Y cubres los vacuos espacios del otro
Cimbreas al león poderoso, de pelambre suelta

Entre piezas de plúmbeo feroz de un colt
Aderezas la luz de un azabache oscuro
Tras la destreza del amedrentador cielo
Cargado de estrellas en guerra.
Clavas a la sazón el intelecto exquisito
En mortal señal de identidad, una voz rueda
Un hombre se desvanece entre las arenas
Un cuarzo irredento que nos diluye y envuelve
Mas nada, deshará el lineal trazado
El aldabonazo hincado en el corazón de nuestra memoria, cuando suenes te sabremos.
Un inmenso descalabro nos acoge, sabido sí
Cuan mortales de serena espera, resignad@s
Ya suena el instante, ahora toca dejar descorrer los nuevos cortinajes, aquellos donde aguardamos el mejor recuerdo, el mito nace.

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