domingo, 11 de mayo de 2014

De Vuelta del 68...

De Vuelta del 68...

Y había chicos y chicas
En el aledaño de un alero
Esperando pasara el tiempo
Para dejarse llevar por la aurora
Que dibujara sus sonrisas de nuevo
Al sentir cuan largo trecho hubo
Desde la amanecida de sus vidas
Hasta el horizonte medio
Donde fraguadas están las córneas

Filtros de luz que obnubilan
Y déjanse velar por la distancia
De lianas donde agarrarse
Sin acompasar el arpegio en sol.
Buena viña dio la tierra, frutos mil
Sobre las arcillas nacieron los trigales
Vides, girasoles, luminiscentes son
Ya arrastro mis pies lentos
Sobre las aguas entreabiertas
De un oleaje que me pide la mordida
Sobre la sensualidad escondida bajo la piel
Me crezco ante los envites enardecidos
De unos vítores sentidos, cómplices
Y me postró ante ti, azabache y nívea
Yin o yang, descorriendo los cortinajes
Bebiendo para saciar tu sed, entregada
Bajo las miradas atónitas del descubrimiento.
Añada egregia dio aquella uva macerada,
Curtida entre maderamen de roble duro
Ceniciento y cubierto de áurica estela
Pues supimos volver al sendero fulgente
Que brilló sobre nuestros pasos
Avivando las cosas pequeñas, sorbiendo
Acaramelando el derrotero de sabernos
Ungidos por el oleaje de un mar de sal
Prendido de latidos insinuantes
De pretextos desasidos, añoranza perdida
He quedado asido al pliegue de tu piel.


©Santiago Pablo Romero. Quinta 68.

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