domingo, 27 de julio de 2014

Lunas…

Lunas…

Ya quisieran caminantes
Traer de tu mano ese ojo avizor
Sensible y escurridizo que portas, amigo Sancho
Acaso seas cuan sientes, o incluso diluyas el agua al paso
O redundes en hallar el encuentro esperado
Ese que buscas sin saber por qué,
De mano tan firme e inmensa en beldad,
Mi apreciada Konstansa, y mi pequeño Rodrido.
Quién dijo necesitar más enseres en sus alforjas
Si llevar el pálpito asido entre los pliegues portas
Sin redundar en su luz, la besas en la noche
Iniciando nuevo artificio, sin tinturas ni bagatelas
Solos, tú y su fulgente porte,
Una mirada rota, un sueño a medio verter
Entre deshielos, muestra fehaciente del efímero paso
Sillerías de tiempo inmemorial, confluencia cincelada.
Redondez majestuosa que criba el orbe
Adereza el reducto colosal de yacer bajo su manto
Mirarse en el espejo del río, mientras se baña
Apilar imágenes donde yace majestuosa,
Dibujando cenicienta la oscuridad sin nombre
Vives y describes sin palabras, aquello que no supimos ver
Nos enseñas el resquicio de salida, sin mirar atrás
Pergeñando abalorios de ilustre exquisitez.
Ya somos, ya estamos, y tenemos el acervo sigiloso
De poder disfrutarte. Sigue yendo Amigo Sancho
Que aún quedan muchas lunas que debes mostrarnos.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.

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