viernes, 16 de enero de 2015

La Llave…

La Llave…


Ruge el barlovento
Tras las aristas escarpadas
Y tú redimes latencias muertas
Alardes de ojos centinelas, vacuos
Tuvimos tiempo, inmensidad sin tapujos
Ahora yacen las tardes sin nada que palpar.
Un yerro para esmerilar el cristal
Donde escribimos con el vahído de nuestro aliento
Tras agatizar nuestras pieles en ruedos de satén
Vilipendiando a los ángeles por ruborizarnos
Mil años perdidos, con la llave pendida del cuello.
Hemos sentido el bramido de la luz
A través del plúmbeo manto sin esquelas
Acaso los cuerpos yazcan bajo la pátina azul del océano
O incluso rubriquemos carencias sin importancia,
Obtusos serán los hombres, y fantasmas oirán.
Me silabeas cada intento de saciarte
Pendo del mástil más febril
Untando las estrellas que esta noche será alardes
Paradisíacos espacios esparciremos al crecer
Enalteciendo memorias, rémoras superadas
Y sabremos culminar el último sorbo de este cáliz
Pues la osamenta se pierde, el alma sempiterna
Vivamos el estertor pues ya somos mito en sus sienes.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.
Imagen: Hita M. Sastre & JacqPaRo.


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